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"NO HAY BUENA ACCION QUE ESCAPE SIN CASTIGO" C. A.





"DESAPAREZCAN LOS LIBROS DE CONTABILIDAD Y RECONCILIESE TODA LA TIERRA". ENRIQUE HEINE.




"LA FALTA DE CONFIANZA EN LAS PROPIAS FUERZAS Y EL SERVILISMO SON LAS CORTAPISAS DE LA GRANDEZA". A. N. RADISCHEV




"LA FUERZA DEL PODER QUE POSEEN LOS MALVADOS RADICA EN QUE ESTÁN UNIDOS. CUANDO LOS BUENOS SE UNAN, TERMINARÁ TAN ANÓMALO ESTADO COSAS". L TOLSTOI

Disculpen todo este espacio en blanco entre las frases anteriores y mi última entrada, estoy tratando de solucionarlo.

Por su comprensión, muchas gracias. esto


































jueves, 6 de diciembre de 2012


                          
LA LIBERTAD DE LOS PRESOS DEL PRIANISMO-EBRARDISMO, UN CAPITULO LUMINOSO DE LA SAGA ANTITIRANICA MEXICANA.

 
Por David García Ayala.

 
Muy temida por la satrapía prianista(1), es esa poderosa corriente de opinión cívica que condena la imposición presidencial, desde la de Felipe Calderón, a la de Peña Nieto, al día de hoy.

 
Persistir en la contribución a la madurez de las condiciones óptimas de conciencia ciudadana que atajen la antidemocrática tiranía impositiva de los presidentes de México, por una minoría oligárquica, es, sin espacio de duda, un propósito alcanzable en la medida en que no decaiga la esperanza de un país sin más escandalosos abusos desde el poder público.

 
Por lo evidente, es una obviedad, de esas de las que es muy sano el tenerlas presente, el que los medios masivos de comunicación respondiendo a los intereses de esa minoría oligárquica e inescrupulosa, manipulan toda la información y deforman la realidad para hacer espantable, como el señor del costal a los niños, a todo aquel o a todo aquello que impugne la imposición cesariana, dictatorial, de Peña Nieto, cuyo origen precisamente fue ese capítulo concluyente y ramplón, por lo telenovelero, de su connubio con una de las matronas más embaucadoras del pestilente azote televisivo (2).

 
Hoy, por protestar, en ejercicio pacifico de uno de los más estimables derechos constitucionales, en contra de la imposición de Peña Nieto como presidente de la República, hay casi un centenar de jóvenes mexicanos privados de su libertad en el inframundo de las cárceles de la Ciudad de México, y un ciudadano rumano desaparecido, hasta donde sabemos; el atentado es doble, a primera vista: una brutal aprehensión con ostentación rediviva del apaleamiento policiaco, al estilo del que se recetaba a los manifestantes en los años sesenta, y su internamiento entre muchos delincuentes redomados y en medio de una sórdida corrupción carcelaria en la que están muy inmersas las propias autoridades penitenciarias.

 
A tono con el registro de la espasmódica tonadilla del gobierno tiránico y del duopolio televisivo, se lincha mediáticamente a los jóvenes apresados con la fábula lactante de que fueron ellos los vándalos que dañaron el Hemiciclo a Juárez y que agredieron a los granaderos frente a Bellas Artes, el fin perseguido por esa infamia me parece claro: paralizar voluntades solidarias, infundir temor pánico en las dignas filas del contrapoder alternativo y, desatar odiosas y bajas pasiones en quienes hacen causa común con la tiranía (3).

 
Ninguna intención amable, sincera, y voluntariosa de causa cívica alguna podrá vislumbrar el éxito en el horizonte, a menos que se lo vislumbre como un espejismo etílico, en tanto impere la más soez imposición política, como la que se nos hace pasar en estos momentos a los mexicanos que sin titubear despreciamos fervorosamente el anzuelo en que va la carnada de la más descarada y cómplice apatía y del más básico, primitivo y feroz individualismo.

 
El panorama también continuará siendo trágico para el medio ambiente (toda la biosfera, obviamente incluidas las especies animales), y los pobres; se estará a lo que tenga la voluntad de dar como limosna, compradora de indulgencia y de impunidad, un gobierno, venido al mundo en medio de una charca maloliente, para dizque paliar esa dramática realidad; la responsabilidad de cualesquiera movimiento alternativo tendrá comprometida su sinceridad si no decide marchar del brazo y hombro con hombro con aquellos de nuestros compatriotas que hoy se activan contra la imposición política de un sistema profundamente descompuesto. Hacer lo contrario, hasta echarse en brazos del Prian, primeramente no será más que signo de moderación extrema y de tibieza irresponsable muy dúctil para envilecerse después en una abyecta entrega en cuerpo y alma al más sucio y vulgar estuprador de honras ciudadanas.

 

(1) Entiéndase los neologismos nacionales “prian”, “prianista”, como ese desliz erótico-politiquero que, en un círculo mitológico de ochos pies y ocho brazos, funde al PRI, Partido Revolucionario Institucional, con su cara mitad, el PAN, Partido Acción Nacional.

 
(2). Aquí se materializa aquello de que, conforme a las reglas de la gramática, dos negaciones arrojan una afirmación; en tanto que, en el casamiento de Peña Nieto y la llamada gaviota, dos prostituciones hicieron una virtud.

 
(3) Insólitamente, en los acontecimientos vandálicos suscitados el primero de diciembre anterior frente a Bellas Artes y en la esquina de Madero y Eje Lázaro Cárdenas, no se detuvo a ninguno de esos jóvenes físicamente dotados en forma suficiente como para arrojar piedras de respeto sobre los escudos de los granaderos y sumamente ágiles como para replegarse y perderse rápidamente en las calles del Centro cuando se dio la orden de ataque a la fuerza policiaca; no, las detenciones no fueron allí, sino en donde se manifestaban pacíficamente las personas, de eso, hay muchas y muy claras evidencias, así como de las palizas a los detenidos.


miércoles, 17 de octubre de 2012

UNA “HISTORIA NEGRA” QUE LO ES EN TANTO QUE NO SALPICA A SUS FORJADORES.

Con frecuencia me topo, como seguramente también ustedes, con referencias a los quinientos y tantos años de masacres de los pueblos aborígenes de América Latina por los conquistadores, identificándose como tales, invariablemente, a los españoles, pero, extrañamente, nunca se dice nada al respecto sobre lo que hicieron y hacen los gringos. (en México, a diferencia de España en que, por lo menos en la época de la invasión napoleónica, el “gringo” era aquel, que hablaba un idioma extranjero y, sobre todo, el súbdito anglo, el “gringo” en México, todavía para algunos lo es el ciudadano norteamericano de raza blanca, en términos escuetos, concepto muy reducido en su explicación por la fuerza de los avasalladora cultura gringa que nos ha caído y nos cae en cascada apabullante(1), sino es que indefectiblemente tendremos que ir haciéndonos a la idea de su sustitución por el aberrante, por arbitrario y mediático, concepto de “gabachos”, todo lo cual amerita una exposición como tema muy aparte).

Cierto, la conquista de América por España fue cruenta, en unos países más y en otros menos. En general los conquistadores sí fueron esos seres codiciosos, faltos de escrúpulos y sobrados de maldad y ambiciones que la historia nos presenta. Digo en general, porque también nos vinieron de España seres nobles y bien nacidos como Fray Bartolomé de la Casas, al que nunca se le rememorará en forma suficiente por todo lo que luchó sacrificadamente por los indios.

José Vasconcelos, el que le puso su lema a nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, POR NUESTRA RAZA HABLARÁ EL ESPIRITÚ, y el que en la campaña maderista forjó el aforismo trascendente en nuestra vida nacional de “sufragio efectivo no reelección”, cuenta en su autobiográfico libro “Ulises Criollo” que siendo niño el vivió con sus padres en la antigua Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, allá por los finales del siglo XIX y, que, como no había escuela primaria a la que el pudiera acudir, tenía que atravesar el puente internacional para ir a la escuela primaria en Laredo Texas, estudiando bajo el programa educacional estadounidense; la cuestión es que el cuenta que todo lo que allí se enseñaba como historia de México es lo que después en nuestro país se forjó como historia nacional, es decir, que esta última se armó por los estadounidenses, y ya después, nos la traspasaron, particularmente, la historia de la conquista y de la colonia española y, así fue, eso ya lo digo yo, como a los mexicanos, por mano extraña e inescrupulosa, nos fueron avivadas las brazas del odio a nuestros conquistadores sin tocarse ni siquiera un pelo a los que nos despojaron inicuamente de todo Texas, Nuevo México, Arizona y la Alta California, territorios que, por cierto, la corona española, cuando fuimos colonia de España, sí supo y se cuidó bien de defender de las rapaces acechanzas de los norteamericanos, y que nos fueron legados a los mexicanos cuando conquistamos nuestra independencia.

No cabe duda que a nuestros antepasados indios, refiriéndome específicamente a la colonia, se les redujo a un degradante sistema de castas que los privó de derechos muy esenciales, como, por ejemplo, el poseer en propiedad la tierra de la que fueron dueños originarios, montar a caballo, o cargar en numerario más de tres reales, destinándoseles de esa manera a una espantosa y depauperada existencia; sin embargo eso, mal que bien nuestros antepasados indios pudieron subsistir, y la prueba de eso somos nosotros; precisamente uno de los logros de Fray Bartolomé de las Casas fue el que se considerase a los indios por España como “menores de edad” y, en consecuencia de ello, susceptibles de la catequesis católica y, como gracia concedida, el haber quedado exentos de la atroz jurisdicción de la inquisición, que no es decir poca cosa. Por esas iniquidades primeramente apuntadas, y por otras más, se alzó en rebeldía el cura Hidalgo.

¿Pero, las iniquidades de la corona española fueron iguales a las de los anglos con los indios norteamericanos?, creo que no, que los anglos en Norteamérica rebasaron con mucho a los españoles en America Latina; estos últimos, por ejemplo, nunca adoptaron, como sí lo hicieron los gringos, mediadas tan monstruosas como el fomentar deliberadamente el alcoholismo como política de aniquilamiento de las razas indígenas; Benjamín Franklin en su autobiografía sin ningún rubor expresa la necesidad para los colonos blancos de atraer a los indios hacía el consumo inmoderado de las bebidas alcohólicas para exterminarlos mediante ese vicio, “por ser una raza indeseable“, como más o menos lo expresa y como cuenta que efectivamente lo ejecutaron. Tampoco los españoles perpetraron algo tan inaudito con los indios, hasta donde se tiene conocimiento, como lo que llegaron a hacer los anglosajones en su infame guerra de exterminio. Me permito trascribir en parte la documentación de un intercambio epistolar muy significado, en ese aspecto, entre dos oficiales del ejercito norteamericano de aquellos tiempos; el documento se titula “Correspondencia del general Amherst, gobernador de la provincia de Nueva Escocia, y del Coronel Buket”:

“De una carta del general Amherst: ¿No se puede intentar la propagación de la viruela entre las tribus indias rebeldes?. Hay que utilizar todos los medios para someterlas.”
“De una carta del Coronel Buket: Probaré a contagiar la viruela por medio de mantas, que procuraremos hacer llegar a manos de los indios rebeldes.”
“De una carta del general Amherst: Hará usted bien. Hay que contagiar la viruela por este medio y emplear todos los recursos para exterminar esta repugnante raza.”

¿Y cuál ha sido el destino de lo que queda de los indios de Norteamérica, tanto en Estados Unidos como en Canadá?, todos lo sabemos; su dignidad humana pisoteada hasta el aplanamiento de haberlos constituido en el elemento humano “pintoresco” de las llamadas reservas indias o, en deprimentes seres sobajados hasta la abyección por el vicio del alcohol en las grandes ciudades de esas dos naciones, como lo predijo y fomentó Benjamín Franklin. Tal vez haya excepciones, que sólo confirman la regla. (2)

¿Y no es significativo del cómo se han conducido los anglos con los pueblos que conquistan el ejemplo de lo que hicieron en Australia con los indígenas australianos a quienes, al igual de lo que hicieron los gringos de Estados Unidos con los indios, ponían en sus manos ropas empapadas con el microbio de la viruela, y a los que todavía poco antes de mediados del siglo pasado se les podía asesinar sin ninguna responsabilidad para el asesino?.

Entonces, habrá que ajustar más detalladamente la exposición de la historia relativa las crudezas de la conquista, para que la balanza no se incline solamente de un solo lado, muchos elementos seguramente debe haber.

(1) Cómo cambian las cosas ¿verdad?, todavía a principios del siglo XX en México se odiaba a los gringos de Estados Unidos; las razones, que están muy documentadas en los propios periódicos de aquellas épocas en ese país; lo eran los asesinatos cometidos por ciudadanos gringos, blancos, en contra de mexicanos en territorios estadounidenses por motivos baladíes, o por el simple “deporte” de cazarlos como animales silvestres, ello en un ambiente de total impunidad, sin contar que estaba todavía muy reciente el recuerdo del robo que nos hicieron los anglo-gringos, con la colaboración de su agente provocador Antonio López de Santa Anna, Santy Anny como ellos afectivamente lo motejaban, de más de la mitad de nuestro rico territorio. Y, !cómo se ha embotado el sentimiento de raza, sino hasta el de pertenencia al mismo país, que aparentemente cohesiona más¡, ¿verdad?, ¿alguien sabe de alguna protesta del gobierno mexicano por los reiterados crímenes, al día de hoy, de la patrulla fronteriza estadounidense que masacra baleando por la espalda ciudadanos mexicanos en territorio nacional desde el lado gringo, o de padres de familia que en convivencia de día de campo con sus seres queridos en la parte mexicana del Río Bravo son fusilados por los despiadados Sherifes de la Border Patrol?.

 
(2) El mismo sistema Frankliniano implementó la multinacional norteamericana United Fruit en Costa Rica en el siglo pasado. Como los indios costarricenses no se dejaban arrebatar sus tierras y ni permitían que se arrasará con sus bosques para que esa empresa establecieran allí sus plantaciones de plátanos, y dado que esos indios eran muy peligrosamente belicosos y los gringos no podían con ellos, se acordaron de lo que al respecto dijo B. Franklin: el alcoholismo como medio de sometimiento y, !lo lograron¡, así sometieron a los indios y de allí para el real todo marchó sobre ruedas para la United Fruit. (Esa historia, para quienes tengan interés, si no es que ya la conocen, la pueden encontrar en el libro titulado “Mamita Iunai” de Luis Carlos Fallas).

sábado, 28 de abril de 2012

GANAMOS EN EXPERIENCIA ANTITAURINA; LA ASAMBLEA LEGISLATIVA SE ABSTIENE DE APROBAR LA PROHIBICION DE LAS CORRIDAS DE TOROS, POR EL MOMENTO. UN BALANCE NECESARIO.

Por David García Ayala. Llegado el día 26 de abril de este año la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (México), casi al final de su último periodo ordinario de sesiones, se abstuvo de votar la modificación a la Ley de Espectáculos Públicos del Distrito Federal que desautorizaba las corridas de toros en esta entidad del país, bajo el “argumento” de que el tema no es prioritario y de que no es el mejor momento político para ser tratado ese asunto en votación de los diputados de la ciudad de México, como sentenciosamente lo expresó la diputada Alejandra Barrales . No obstante eso, algo enorme ha logrado el movimiento antitaurino en el Distrito Federal, y en todo el en el mundo (pues somos parte de una lucha única globalizada contra el espectáculo mugre de las corridas de toros donde quiera que se practique) revelado en dos aspectos, por lo menos: el haber alcanzado un punto casi culminante al que nunca se había llegado en la lucha antitaurina mexicana, traducido en el hecho de que se ha dado entrada a un proyecto de ley al interior de una cámara legislativa impulsado por los antitaurinos y, además, casi a punto de ser votado y, con la perspectiva muy real de ser votado en un futuro inmediato(1); lo otro, una mayor concienciación de las convicciones antitaurinas de la mayoría de la población mexicana, junto con el cada vez mayor número de voces de personalidades públicas que alzan su voz para manifestar su repugnancia hacia la tauromaquia, colapsando ello fuertemente a los taurófilos que han visto, por primera vez, en serio peligro su “fiesta” en la capital del país. Bueno, y ¿Cuál es el balance del comportamiento de los diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y, sobre todo de la diputada Alejandra Barrales para no someter a votación el proyecto de prohibición en cuestión?, y ¿cuál es la enseñanza que nos deja esa abstención de los legisladores, para que podamos encaminar en un mejor terreno nuestros pasos próximamente?. En ese balance necesario habrá que tener presente que los diputados a la Asamblea Legislativa como entes políticos toman sus decisiones con base en las consecuencias políticas que, positiva o negativamente les puedan acarrear en su carrera personal o con respecto a los intereses de sus grupos o partidos políticos, siendo esa, se pudiera decir, la principal preocupación de sus caprichosas y mudables convicciones. Casi seguramente Alejandra Barrales pensó soñando despierta que cuando después de seis años de senadora sea jefa de gobierno de la ciudad de México contará con la complacencia de la gente del billete tosco por ser llegado el momento en que le sea pagado el favor que hoy le ha hecho a los taurófilos, !pobrecita inconciente¡, no se da cuenta que en realidad lo que ha hecho es tratar de hacer que se pare y camine por si sólo un cadáver, que para cuando se cumplan sus sueños, si es que se cumplen, la tauromaquia en la ciudad de México será sólo una pesadilla de involución, como lo es hoy el recuerdo del nazismo. Por lo que hace a la gran mayoría de los legisladores de la Asamblea Legislativa, parece que para ellos los antitaurinos somos una minoría con poco o nulo peso o beneficio político, o en el mejor de los casos, una mayoría maniatada incapaz de hacer sentir su fuerza en el terreno de lo social para evidenciarlos a ellos, a los diputados, exigiéndoles responsabilidades morales por su falta de ética al ignorar nuestro reclamo de prohibición de las corridas de toros en la ciudad de México, obviamente, están muy equivocados; si ellos nos ven y nos toman así, entonces deberán atenerse a las consecuencias de nuestro poderío moral porque no en un afán de venganza inútil, que además es repugnante, sino como consecuencia de la persistencia en nuestra lucha, tendremos que dar los nombres y apellidos de aquellos legisladores que quisieron seguir autorizando el martirio taurino como Alejandra Barrales, Mariana Gómez del Campo y Carlos Fabián Pizano Salinas, mismos que deberán asumir el pago del costo político de su insana determinación o enmendar su disparatada equivocación y, en contraposición deberemos alabar a aquellos legisladores como Maricela Contreras y Aleida Alavez Ruiz que por convicción y empatía humanista hacia los animales y en búsqueda de una mejor convivencia entre los mexicanos han dado su apoyo incondicional a la desautorización de la tauromaquia. Como hoy no hemos logrado la desautorización de las corridas de toros en la ciudad de México, necesariamente seguiremos midiendo nuestra fuerzas, sobre todo las que mueven conciencias, las del pensamiento, con los taurófilos y sus aliados, ese es el desafío que asumiremos, estoy seguro. La perspectiva de la lucha nos coloca frente la obstinación de los muchos intereses políticos y económicos que están detrás moviendo los hilos de la tauromaquia. Como los taurófilos han concentrado sus baterías en que supuestamente se pierden muchos empleos en caso de prohibición de las corridas de toros “sobre todo de gente humilde”, habrá que mejorar todavía más las evidencias de que no son así las cosas, elementos y tiempo hay para que lo podamos hacer. Hoy nos han querido tomar como una minoría, o como una mayoría atada de manos, por eso, es de capital importancia no hacer las cosas como si fuéramos eso, una minoría, ni tampoco hacerlas como si nos hubiesen esposado las manos. Deberemos hacer ver y sentir que no somos una secta, sino una gran ola serena pero creciente en su firmeza. Somos una mayoría, y en consecuencia deberemos actuar como tal, esa es una de las tareas más importantes en este momento, considero. (1) La lucha por la aprobación de una ley antitaurina en México lleva casi dos siglos porque data desde la época inmediata posterior al logro de nuestra independencia de España como nos lo enseña la “carta contra las corridas de toros” que pide vehementemente una ley antitaurina, sin embargo eso había quedado sólo como un noble clamor, que nunca llegó, como hoy, a entrar a una cámara legislativa, hasta donde tengo conocimiento, a excepción de la prohibición de las corridas por Benito Juárez en su tiempo.

viernes, 13 de enero de 2012

SOBREVIVIENDO A LA CIUDAD DE MEXICO. MI NAVIDAD Y AÑO NUEVO.

El día de la última navidad estuve en mi casa con mis cuatros perros y mis tres gatos, me dormí temprano porque estaba recuperándome de un contratiempo de salud, no fui, como cada año lo hago a la casa de mi mami.

El último día de 2011 la pasé mucho mejor; en la tarde de ese día trabajé revisando un escrito jurídico que se me requería con urgencia (a veces no falta quien a última hora se acuerda que el primer día hábil del año nuevo tiene la obligación de rendir como albacea su cuenta anual de administración), lo hice en un agradable comedero vegetariano; allí compré pastel de maíz, galletitas de almendra, panquecitos de frutas, postrecitos hindús, y dos botellas de jugo de uva (juro decir la verdad, porque efectivamente, fue jugo de uva, puro, sin elementos espirituosos). Regresé a mi casa, di de comer a mis animalitos, llamé por teléfono a mi amigo que me auxilia y le pedí que pasara al día siguiente a darles de comer nuevamente y sacarlos a pasear (únicamente a los perros). Tomé mi viejo vehículo (un "yonque" como le dicen en estados unidos a los vehículos de desecho y que de allá se traen nuestros paisanos braceros), me encaminé a Cuernavaca, pero antes me armé, además de los comestibles apuntados, con un rico sucedáneo de chorizo (de soya), pan negro tipo europeo, mayonesa y mostaza Dijón, para pasar el año nuevo en un refugio de animalitos, con mis amigos que lo manejan. Cenamos ricamente el panecito negro con su queso y sus untos de mostaza y mayonesa, también una de las más tradicionales comidas de navidad y de fin de año en México: "romeritos" (es un vegetal que se prepara con mole mexicano, nopalitos, papas pequeñas, redonditas, y guisado en aceite de oliva virgen extra, español, queda mejor), con tortillas de maíz.

Estuvo con nosotros una amiguita australiana, de Queesland, la cual se resintió un tanto del picor del mole de los romeritos, no obstante que se prepararon ex profeso para que no la agrediera el picante que da su peculiar personalidad al mole; obvio es decir que para los demás, todos mexicanos, ni siquiera sentíamos que el guisado estuviese “picoso”, solo una tenue sombra de picor . Luego los panecitos y los postrecitos; tomamos el juguito de uva y un rico ponche indígena, o sea de México, infaltable en fechas tan significativas (se pone al fuego una olla con agua, y se le agrega canela y varias frutas, que son, caña de azúcar, un poco de tamarindo, tejocotes, manzana, guayaba y ciruela pasa, si falta alguna de ellas no importa, no se rompe ninguna ortodoxia, excepto el tejocote que es indispensable).

Alguien sugirió que deberíamos decidir democráticamente qué música escuchar, y propuso que fuera la “Sonora Dinamita” de Colombia, muy, pero muy popular en México, y como prácticamente todos declinaban a favor de la “Dinamita” , eso dio motivo para comenzar a embromarnos, a los del bando “apático”, el fan de la “Dinamita”, quien, justo es reconocerlo, se fue “de rositas” con sus graciosas bromas; bueno, al fin no hubo música alguna porque la laptop de que disponíamos, y más concretamente You Tube, no quiso darnos conexión y, ni aparato de sonido ni discos había, por lo que, igualmente, desde minutos previos a las doce de la noche nos vimos privados de poder escuchar la canción “el año viejo” de Tony Camargo, pero, para continuar exultantes y para mantener viva la tradición, algunos tarareamos:

“Yo no olvido al año viejo
Porque me ha dejado cosas muy buenas
Ay yo no olvido al año viejo
Porque me ha dejado cosas muy buenas
!Mira!
Me dejó una chiva,
Una burra negra,
Una yegua blanca,
Y una buena suegra
Ay me dejo una chivita,
Una burra muy negrita,
Una yegua muy blanquita
Y una buena suegra..
Ayyy me dejó, me dejó, me dejó
Cosas buenas, cosas muy bonitas,
(que se repita, que se repita)
(ayayay, cómo gozo !anda¡)
Yo no olvido al año viejo
Porque me ha dejado cosas muy buenas
Yo no olvido
No, no, no, al año viejo
Porque me ha dejado cosas
Muy buenas (!anda¡)
Me dejó una chiva,
Una burra negra,
Una yegua blanca,
Y una buena suegra
Ayy me dejó una chiva,
Una burra muy negrita,
Una yegua muy blanquita
Y una buena suegra..
Ay, qué bueno pa´bailar
!Mira mulata¡ ay qué rico pa´cantar
(dímelo dímelo, )

Me dejo una chiva,
Una burra negra,
Una yegua blanca,
Y una buena suegra......
Ayy no, no, no,
Yo no olvido al año viejo que va
Yo no olvido al año viejo
Otra vez.…”


…..y al pasar del año viejo al nuevo, todos los ahí presentes nos dimos el abrazo.

Al día siguiente, o más bien, entrada la mañana del primero de enero, almorzamos huevos revueltos con el chorizo vegetariano, más ponchecito, y un rico pastel envinado estilo anglosajón, preñado de frutas, que nos trajo nuestra amiguita australiana, preparado por ella misma. Salí de regreso como a medio día para la ciudad de México, para hacerle su visita a mi mamita y a mi numerosa familia, y lo demás es pura historia, más, simple, igual o más que la que forma y ha formado la vida humana, en general.

Gracias.

sábado, 7 de enero de 2012

APACHURRANTE PROMOCION TAUROMAQUICA DESDE INSTANCIAS PUBLICAS, EN MEXICO

Uno de los dos canales televisivos públicos de carácter cultural en México, Canal Once TV, años ha que trasmite semanalmente un programa en el que da cuenta del mundo taurino en un tono y en una ambientación de impúdica apología y promoción de las corridas de toros; el programa se llama “Toros y toreros”. Este Canal televisivo, por ley, se rige administrativa y políticamente bajo la jerarquía de una de las instituciones educativas más importantes de la República Mexicana, casi a la par de la Universidad Nacional Autónoma de México, nos referimos al Instituto Politécnico Nacional.

Por ser inaceptable que a un acto de tortura y barbarie, tal como lo son las corridas de toros, se le pueda calificar como arte y ni mucho menos como cultura, incluso entendida esta como un concepto antropológico descriptivo, resulta incongruente y muy contradictorio que un canal televisivo como Canal Once transmita y haga la defensa pública de las sangrientas corridas de toros, siendo que su objeto debería ser enteramente, y sin ninguna excepción, la difusión de la cultura.

Aparte del cuestionamiento ético de esas transmisiones, el rechazo a las mismas reviste un carácter marcadamente democrático puesto que a la gran mayoría de los mexicanos, aproximadamente el ochenta por ciento, nos repugna y rechazamos la llamada “fiesta brava” por ser un acto bárbaramente cruel en contra de animales indefensos, para placer y disfrute sádico de unos cuantos, generalmente ebrios (en la plaza de toros México el gran negocio hace tiempo que ya no está en lo que se paga por las entradas, sino en el ingente consumo de cerveza de la cervecera “Modelo”, durante las corridas.).

Una consulta muy, pero muy conservadora, de la encuestadora “Consulta Mitovsky“, se ha visto obligado a aceptar en México un rechazo mayoritario a ese espectáculo (ellos hablan de un sesenta por ciento), lo cual es seriamente aleccionador si tomamos en cuenta que el presidente de Mitovsky, Carlos Alasraky, mantiene fuertes vínculos de intereses con la televisora privada TV Azteca nefandamente taurina.

El pretendido argumento en el sentido de que “dejar de transmitir el programa Toros y Toreros sería una atentado a la libre expresión”, cae por su propio peso, ya que una minoría no debería imponer su criterio a una gran mayoría, y eso con mayor razón, si ese criterio reviste caracteres tan violentamente crispantes como lo son las corridas de toros en medio de una sociedad como la mexicana tan necesitada en estos momentos de valores éticos que abonen no en contra, sino a favor de una convivencia humana más armónica.

El antidemocratismo de la grosera imposición a los mexicanos del programa “Toros y Toreros” se agrava por el hecho de que su transmisión es ilegalmente grave, ya que la Ley Federal de Radio y Televisión mexicana es muy clara al establecer lo siguiente: (Si gustan, se pueden saltar la lectura de los artículos de la ley, porque aparte de la pesada aridez de la redacción jurídica, sé que su importancia únicamente está en ser útil el articulado como elemento de concienciación en una lucha agitativa concreta, y dado que estoy convencido que no habrá en México tribunal, de la instancia que sea, que resuelva a favor de la cancelación del indiciado programa, y que más bien, en determinado momento será la condena pública la que obligue a tomar esa decisión).

“ARTICULO 5o.- La radio y la televisión, tienen la función social de contribuir al ….. mejoramiento de las formas de convivencia humana. Al efecto, a través de sus transmisiones, procurarán:
II.- Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud;

ARTICULO 6o.- En relación con el artículo anterior, el Ejecutivo Federal por conducto de los ……… organismos públicos, promoverán la transmisión de programas de divulgación con fines de orientación social, cultural y cívica.

ARTICULO 63.- Quedan prohibidas todas las transmisiones …………. contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras o imágenes procaces, frases y escenas de doble sentido, apología de la violencia (…)
ARTICULO 101.- Constituyen infracciones a la presente ley:
……….XIII.- La desobediencia a cualquiera de las prohibiciones que para la correcta programación prevee el artículo 63 de esta ley;”


El abuso y la arbitrariedad de Canal Once van todavía más allá si se toma en cuenta que siendo una televisora pública que se sostiene del erario público, es decir de lo que aportamos los mexicanos con el pago de nuestros impuestos, hace que nosotros seamos, finalmente, los que sostengamos económicamente la transmisión de “Toros y Toreros” que nos repugna y, como su presupuesto debería destinarlo a eventos realmente culturales, nos damos cuenta que también Once TV realiza un escandaloso e inmoral desvío de recursos al desviarse de la cultura para transitar por el pedestre sendero de la tauromaquia.

miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS SABORES QUE SE PERDIERON


Se ha dicho que los recuerdos olfativos y gustativos son más poderosos que los de los restantes sentidos. ¿Cómo serán nuestros recuerdos en lo futuro si los alimentos que comemos ya no son sápidos, si en ese aspecto se nos deja huérfanos de remembranzas?, !a saber¡, a lo mejor, o más bien a lo peor, se nos destina a tener puros recuerdos ingratos, pero ah, ah, por fortuna, para no amargarse la vida con esas cuestiones, también en estos tiempos y, todo indica que para los que vienen, los pueblos, y por consiguiente las personas, seguiremos careciendo de memoria histórica (parece que la modernidad o la globalización, como gusten llamarla, tiene sus propios remedios).

Como tantas cosas buenas que se han perdido y de las que no puede uno remediar, sólo queda tapar ese hueco satisfactorio con otro cosa que nos resulte placentera, incluso con los propios alimentos preparados por uno mismo, con la idea y el trabajo necesario para que de alguna forma nos sepan sabrosos o, tener ubicados esos lugares, de los que prácticamente no queda alguno, y en los que se apreciaba no sólo ejercer el comercio de los alimentos, sino también y en consonancia, satisfacer al cliente (recordamos los ya desaparecidos “Casa Valencia” en el edificio del pasaje que va de Eje Lázaro Cárdenas, antes San Juan de Letrán, entre Ayuntamiento y Victoria, el Tupinamba en la calle de Bolívar, el vegetariano de Madero, este ultimo existe a hoy, pero muy demeritado, etc.).

La llegada, a principios de los setentas, de los restaurantes “Very Important People” de Gringonia, el país de los gringos, fue una de las causas, que si no la principal, de la debacle y posterior desaparición de esos lugares. Los cafés de chinos también fueron víctimas propiciatorias de ellos (ahora se recuperan bajo un entorno y en condiciones muy diferentes y, por cierto, muy lucrativas, por haber adoptado en lo fundamental el “orden” de las transnacionales de los “alimentos rápidos“), ¿recuerdan, por ejemplo, que la calle de articulo 1-2-3 en el Centro, por allá todavía a fines de los años sesenta era en forma importante la calle de los cafés de chinos, y que no decir de Izazaga donde daba gusto caminar que ya no meterse a unos de sus muchos cafés que a uno y otro lado de la calle había. Y, tema aparte, del que deseamos ocuparnos especialmente en otra ocasión, los cafés de chinos junto o enfrente de los cines de barrio o de “medio pelo” (clase media).

Se nos ha privado de muchos reconfortantes vigorizadores, han desparecido del mercado las manzanas de Zacatlán, las ciruelas mexicanas, el chabacano, el capulín (en fruta y en tamal), la manzana de California (dos variedades, grandes, una roja de carne dura, y una amarilla de carne blanda propia para los bebés), las peras de carne maciza, por dar sólo algunos ejemplos y, en su lugar, disculpen el pleonasmo, han puesto sucedáneos más aptos para la estética sin substancia, que para alimentarse.

Nuestras variedades de frutos y vegetales en el menos peor de los casos, han sido reducidas a unas cuantas contadas una sola vez con los dedos de las manos y, cómo no va ser eso, si tenemos presente, por ejemplo, que en la propia Roma Norteamericana, de alrededor 2000 variedades de manzanas repartidas en su territorio todavía hace 30 años, a la fecha quedan solamente quince.

¿Qué se pretende con esta igualación y uniformización de los gustos del paladar llevada hasta el delirio?, mejor no indagar, más positivo y sano, es recordar aquellas cosas que se nos hacen presentes a la par de placenteros recuerdos olfato-gustativos.

Y, como no todo son espinas en el erial, algo muy positivo: existe un refugio por lo que a comer acertadamente se refiere, y dentro de toda esa corriente presta al fraude o al abuso de la moda de lo orgánico, y se constituye por quienes guiados y/o imbuidos de un ideal un tanto militante o religioso de la defensa de la naturaleza o de los animales, manteniendo muy por encima los valores de lo espiritual-contemplativo sobre lo material-depredador, venden, como una forma de subsistencia para ellos y de mantenimiento de la difusión de sus ideario, su sabrosa comida, a quienes así nos lo parece, como nuestros amigos, que por amigables lo son, los Hare Krishna de la calle Gobernador Curiel cerca del metro Juanacatlán.

Saludos.
La fotografía es de Rodrigo Moya, se titula “Maíz tierno”, Puebla México, 1966

miércoles, 26 de enero de 2011


¿OMNIVOROS IRREMEDIABLEMENTE CARNIVOROS?.

Como especie humana provenimos más cercanamente de antepasados antropoides consumidores de carne y, como omnívoros, lo seguimos siendo, aunque ahora sólo y exclusivamente por circunstancias sociales que no por requerimientos evolutivos. Hallazgos recientes continúan confirmando con mayor precisión lo primero, pues ahora hasta se puede saber que tipo de alimentos o más bien, qué tipo de carne, consumían nuestros antepasados en equis región y, además, indirectamente, lo prueban los instrumentos y armas de caza de nuestros antepasados; fundamentalmente las del llamado período Acheulense representado significativamente por esa especie de hacha en forma de lagrima que debió haber servido, al igual que otros instrumentos, para picar y/o cortar carne. Tendremos presente que evolutivamente diversos parásitos larvarios nos son comunes tanto a los humanos como a cerdos y vacunos.

Y, ¿cuál fue el papel más significativo de la consumición de carne en la evolución del hombre?.

Pensemos en un medio sumamente hostil en el que se desenvolvían nuestros antepasados australopitecinos (grácil y robustus), homo erectus, homo habilis y homo sapiens, todos ellos antes de homo sapiens sapiens, que, con mucha discusión, por lo de “pensantes”, somos nosotros, sin recursos propios, como garras, pelo suficiente, agilidad suma, vista y olfato poderosos, para poder defenderse de los depredadores y también de las inclemencias naturales, dependiendo totalmente de lo que la naturaleza nos daba ya hecho, puntualicemos, en cuestión de alimentos vegetales, que recolectores de ellos y de frutos fuimos, muy precarios en nutrientes, pues lo contrario sólo se consiguió poco a poco y a través de miles de años por medio de la agricultura.

Así, la evolución nos llevó por un camino en que fuimos superando todas esas probatorias contingencias, pero ¿qué fue lo que finalmente nos hizo llegar a lo que hoy somos como especie pensante en el sentido de elaborar ideas y ponerlas en práctica fundamentalmente a través de la producción de herramientas para producir a su vez nuestros satisfactores?. Eso lo fue el cerebro, pues ese órgano y no otro es del que nos hemos servido y nos servimos para tal objeto. Pero ¿el cerebro cómo llegó a ser lo que hoy es puesto que su complejidad en la capacidad de elaborar ideas abstractas depende, comparándonos con otras especies, de su tamaño?, y resultando que, nuestra evolución estuvo acompañada de una mayor tamaño de nuestro cerebro, como lo prueban los restos fósiles, instrumentos, e, incluso comparativamente, nuestra mayor capacidad cerebral en relación con nuestros primos homínidos más cercanos: los Neanderthales.

Tanto esfuerzo debió haber requerido en grado sumo un grande consumo de energía y sobre todo, a través de la función de “pensar”, que apareció como elemento o fenómeno distintivo de nuestra especie para enfrentar la lucha por la supervivencia a la que, finalmente, nos sobrepusimos como los más aptos, tomando en cuenta muchas otras especies de primates casi homínidos que, por decirlo de alguna manera, “se quedaron en el camino” (se habla que se acaban de encontrar en Siberia restos de otro pariente nuestro, Homínido muy cercano a nosotros que no es Neanderthal, sino otra especie, también desaparecida).

¿Y, qué es lo que podía cubrir y satisfacer esa ingente necesidad de consumo de energía para irnos abriendo camino en el proceso evolutivo fundamentalmente por la función del pensar?. La respuesta no puede estar en los vegetales y los frutos, pues recordemos que ellos se encontraban para nuestros antepasados en un grado tal de “salvajismo” por su escasez de nutrientes que únicamente podían venir a constituir una especie de apoyo, importante, pero no determinante en el camino evolutivo (tener presente que hay quienes afirman que el crecimiento cerebral a que llegó nuestra especie se debió al consumo de almidones). Luego entonces, debió haber sido la carne y, fundamentalmente sus proteínas, lo que debió haber proporcionado la energía suficiente para estar alimentando ese horno maravilloso, el cerebro, que al mismo tiempo se estaba construyendo en una lucha incesante con los agresivamente inclementes elementos del entorno que dialécticamente también impulsaban su cambio y desarrollo.

Pero, se dirá que vistas así las cosas, no pudo ser tal porque entonces también los demás homínidos debieron haber apuntado hacia allá o que hipotéticamente lo mismo hacen los primates actuales, pero fundamentalmente los más cercanos al hombre, a lo que respondemos con lo que al respecto ya apuntó Darwin en el sentido de que la evolución no sigue un camino lineal o predestinado, o algo así. Así, en nuestros antepasados, precisamente, se presentaron las circunstancias irrepetibles que dieron lugar gradualmente unas veces, y otras en forma un tanto repentina, a una serie de cambios cualitativos muy significativos, pero, sobre todo, determinantes.

Bueno, y también a la par y en conjunción dialectal, junto y por el desarrollo del cerebro evolucionaron otros mecanismos de supervivencia que nos capacitaron aún más para prepararnos a enfrentarnos a los peligros, o para evitarlos mediante la evasión (glándulas de secreción interna más evolucionadas o mejor adaptadas, andar erguido, capacidad de opresión con el pulgar, desarrollo de los órganos del en aquel entonces incipiente habla, mejor adaptación de los órganos de la digestión, etc.). Luego, como feliz consecuencia, el mejoramiento cada día de las herramientas y, !el descubrimiento de la creación y utilización del fuego, sobre todo para cocinar y hacer más digerible la carne¡, y así, todos y esos otros elementos enriqueciéndose mutuamente por una especie de lucha interna incesante catapultaron y originaron, tal vez en un periodo de tiempo relativamente breve en comparación con el desarrollo general de nuestra especie desde sus orígenes, nuestra actual estructura cerebral.

Pero, y a todo eso, ¿entonces deberemos seguir consumiendo carne porque no hacerlo se opone a la evolución? La respuesta en la breve continuación y final de esta entrega.